Olímpica corrupción

Hoy quiero compartir con ustedes la siguiente reflexión luego de desvelarme dos semanas seguidas con las transmisiones de los Juegos Olímpicos desde China: ¿cual es la causa de la mediocridad del deporte mexicano?.

Y repito, esto no busca ser un tratado de causas y efectos, ni siquiera una columna de análisis, si no simple reflexión de la pobreza que en el concierto mundial muestran los deportistas mexicanos, a lo largo de las últimas semamas hemos sido testigo, con hasta el momento la única excepción del dueto femenil de clavados, de actuaciones por demás meritorias de los deportistas mexicanos, algunas emotivas y otras que llaman a la indignación, e incluso a la risa, pero en todas ha quedado palpable el mayor esfuerzo de los atletas y las pocas armas con las que los directivos del deporte nacional los mandan a la guerra.

Las actuaciones van desde la clara superiordiad de los rivales, el esfuerzo pleno de los nuestros, hasta el abandono y las justificaciones increibles, en donde por cierto, sí ganariamos medalla de oro, las frases de los atletas mexicanos en esta olimpiada son para acuñarse, que les parece el marchista que le puso mucha salsa de tomate al espagueti y por eso abandonó la prueba, hasta la triatleta que con lagrimas en los ojos aseguraba que Diós tiene otros planes para ella y por eso no le permitio terminar la competencia, la realidad es que Dios no es juez de triatlón y los que si lo fueron la eliminaron por un notable atraso en sus tiempos que la llevo a rezagarse a grado tal que las punteras le llevaban una vuelta de ventaja y le dieron alcanze en el circuito.

En general valoro el esfuerzo de los deportistas nacionales, veo una nueva generación casí en todos los deportes, una renovación que bien trabajada puede dar medallas en la próxima cita olímpica, pero la reralidad es que México toca en las útlimas filas del concierto olímpico, lejos estamos de brindar prepación física, médica, de planeación y fogueo a nuestros deportistas como el que realizan las grandes potencias.

Pero, y aqui saltan las grandes dudas, pues si ya sabemos que no vamos a alcanzar a los líderes nunca por que para empezar ellos son paises de primer mundo en todos los rubros, como educación, cultura, salud, democrácia, seguridad y economía por tan solo mencionar algunos, tampoco comprendo como estamos por debajo de naciones tan pobres como Jamaica, actual sitio 20 del medallero, o bien Kenia, Camerún o Panama, que suman mas medallas que nuestra delegación que con un bronce está en el sitio 73 de 188.

Más duda me queda aún al percatarme que de esos 188 paises, México es la economía número 12, o cuando menos eso nos cuenta el Banco Mundial, y la ecuación debería ser muy fácil: A más dimero, mayor inversión, igual a más y mejor deporte.

Pero no sucede así, somos un país sin cultura física ni deportiva, un país con un grave indice de obesidad, de malos hábitos alimenticios, de grandes niveles de alcholísmo y adicción al tabaco, el mayor consumidor de refrescos en el mundo y por lo tanto un país en donde se deja ver en claro que el deporte no es prioridad, se prefere invertir más en crear hospitales para atender diabetes y cancer de pulmón, que en la construcción de espacios deportivos y la implementación obligatoria de sesiones de acondicionamiento físico para los empleados públicos y privados, no existe tampoco una valoración al deportista en las escuelas públicas, que son la mayoría, pues mientras las instituciones privadas becan a los deportistas para que sean ejemplo multiplicador en su comunidad estudiantil, las escuelas de gobierno niegan permisos a los deportistas para asistir a competencias y más aún los reprueban si faltan a clases por motivos de practia o competencia.

¿Quieren más?, que tal la eternización de los presidentes de las federaciones deportivas, son más longevos que Porfirio Díaz, en ciclismo, voleibol, basquetbol, atletismo y muchas más sus dirigentes han durados decadas en el cargo con pésimos resultados deportivos y si por el contrario un creciente poder y manejo indiscriminado de recursos en un circulo destructivo que comparten con los presidentes de las asociaciones deportivas de los estados.

Y si hasta aquí he señalado de que carecemos, he de comentarles que por otra parte debe darnos coraje el contar con instalaciones deportivas de nivel internacional que no hemos capitalizado con el éxito de nuestros atletas, aquí en México contamos con el Centro Otomí para campamentos de máxima altura en todos los deportes, con pistas de atletismo de alto nivel, con albercas de calidad mundial.

No voy a ir tan lejos en el ejemplo, ¿sabía usted que Michael Phelps entrenó en San Luis Potosi, en diciembre pasado previo al justa Olímpica?, o bien que el Panameño Saladino, oro en el salto, largo estuvo de campamento en Ciudad Juárez.


Las causas en fín son muchas, hoy me quize referir solo a una: La corrupción, la misma que hace que instalaciones deportivas sean desperdiciadas, que no se invierta como se debe en la preparación física y mental de los atletas y que, para muestra de que todo va engarzado, hace que atletas en calidad de ilegales emigren a los Estados Unidos para luego convertirse en boxeadores, corredores y luchadores olímpicos que ganan medallas de oro como Henry Cejudo.

Como siempre su opinión es la mejor.

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