Un hombre llamado Sabah

QUE lástima que te llames Miguel, que lástima que te apellides Sabah y que lástima que juegues para el Morelia, si, que lástima, por que por todo ello te tratan como plato de segunda mesa, como trapo viejo, como un vecino pobre, como mendigo leproso…
Ya se que no eres tan carismático como el Chicharito ni tienes la sonrisa de Vela o de Giovanni, ni te sale el barrio como a Cuauhtémoc, no, nada de eso, pero a cambio eres un gran futbolista, un fino delantero, como dice tu técnico Tomás Boy.
No necesito siquiera preguntar que hubiera pasado si tu caso; tu lesión y tu diagnóstico equivocado, hubiera sido para alguno de los que arriba cité, con toda seguridad el país se pararía y el bien amado, Javier Aguirre, los pondría entre algodones y en primera clase los llevaría a la gira por Europa, sin importar si son 3 o 4 semanas de recuperación o un mes, que mas da.
Seguramente eso haría nuestro técnico nacional, el mismo que un día dijo que “somos lo que somos” y al siguiente grabó un promocional en donde dice que no se vale dudar que vamos a Sudáfrica a ganar---
Puedo imaginarme lo que te duele no ir al Mundial, pero te digo que tu marginación no pasa inadvertida, de hecho ya tiene repercusiones, como el que todo el país sepa que en este, como en todos los “TRIS” de la historia hay preferencias que poco o nada tienen que ver con lo futbolístico.
Da coraje y molestia saber que tu ausencia no duele al técnico nacional y que la determinación de no volverte a llamar sólo obedece a allanar el camino para cumplir con la convocatoria a sus favoritos.
Ya alguna vez Moisés Muñoz cayó en la cuenta de que su pecado era jugar para el Morelia.
En cualquier otra selección, mi estimado Miguel, tendrías tu boleto asegurado, nadie permitiría que te bajaran del avión siendo el mejor goleador nacional en los últimos 4 torneos, y menos siendo el goleador en el proceso eliminatorio al mundial, el mismo que revivió a la selección con el gol ante los estados unidos…
No soy tu porrista, ni tuyo ni de ningún futbolista, pero ¡venga Miguel!, dale vuelta a la página, regresa pronto a las canchas y pégales una cachetada con guante blanco a estos que han hecho de la selección nacional, el equipo de sus cuates.
Y ya están listas las semifinales del futbol mexicano, y por experiencia y capacidad Monarcas, venció a las mini Chivas y ahora va por Santos Laguna, Monarcas necesita MEJOR futbol y más goles para pasar por encima de unos Santos que por muy santos que sean no son tan inocentes como las mini Chivas y su buen arquero Liborio, así que nos hora de echar campanas al vuelo…
En el otro frente los Tuzos son ejemplo de que la liguilla es otra cosa y que el torneo regular no tiene mucha validez para ir por un titulo, los Tuzos aún sin Calero están jugado buen futbol, sus jugadores sean enchufado y nadie los puede descartar ante un Toluca que en apariencia luce como el más sólido aspirante al título.
Y amigos de Cambio de Juego, no cabe duda que la cultura deportiva y la buena memoria no se nos da bien a los mexicanos, el fin de semana a los 81 años se fue a tirar el último clavado de su vida, Joaquín Capilla, el mejor y mas grande deportista de este país, el único que ha ganado cuatro medallas olímpicas para México.
El mismo que vivió una vida de película pues luego de un periodo de opulencia su adicción al alcohol lo llevo a perderlo todo, y a hundirse hasta tocar fondo para después salir triunfante, vivió una vida de película en donde las autoridades deportivas de este país, sólo voltearon a verlo hasta a seis años, cuando ya viejo vivía en el abandono y a punto de perder su casa, un departamento de interés social y con apenas lo indispensable para medio comer.
Apenas el año anterior, Joaquín Capilla, recibió el Premio Nacional del Deporte, pero como las nuevas generaciones no iban ni a conocer se decidió entregárselo también a Cuauhtémoc Blanco por sus invaluables servicios a la Patria, como jugar para el equipo más odiado de México, golpear por la espalda a David Failtelson, regar hijos por toda la geografía mexicana, ¡ah¡ y por supuesto hacernos el favor de jugar con el tricolor…
Se fue entonces señores el más grande, el mismo que ni el día de su muerte mereció los grandes titulares pues la liguilla del futbol eclipsa todo, Joaquín Capilla Pérez ganó dos medallas de bronce en los Juegos Olímpico de Londres en 1948, plata en Kelsinki, en 1952 y finalmente el oro en Melrbune Australia en 1956…¿habrá quien lo iguale o lo supere?